En esta época del año, en el hemisferio norte disfrutamos de unos meses veraniegos en los que reina el descanso, el sosiego y un clima caluroso que nos invita a cambiar de rutinas e interrumpir los habituales horarios laborales establecidos durante el curso. Aunque esto no necesariamente tiene que significar que nuestro Espíritu deba desconectar de la habitual comunicación con Dios.

En verano queremos ser cristianos las 24 horas del día.

Quizás nos cueste decidirnos entre ir al mar o a la montaña, y no sepamos si darnos un baño en la piscina o en la playa, pero lo que tenemos claro es que, estemos donde estemos, en verano queremos ser cristianos las 24 horas del día. Por ello hemos desarrollado una serie de ideas para no perder nuestro Espíritu de seguidores de Cristo, con pequeños gestos que queremos compartir con vosotros para mantener viva nuestra fe:

1. No olvidar nuestro Rosario.

Cualquier momento es bueno para rezarle a María, Ella es el mejor camino para llegar a Jesús. Tomando el sol en la playa, relajándote en la piscina o simplemente admirando el paisaje en la montaña… «La sencilla oración del Rosario late al ritmo de la vida humana», decía San Juan Pablo II. Cada misterio de la vida de Jesús es un reflejo de los acontecimientos que suceden a toda la humanidad sin ningún paréntesis en la época estival.

2. Buscar capillas en las que se realice la oración perpetua y donde poder comulgar, no solo el domingo.

El mejor alimento para el cristiano es la Eucaristía, por lo tanto, las vacaciones no deben suponer un obstáculo para dedicar un tiempo a la Adoración. Allí donde estemos, podemos informarnos de donde encontrar un lugar para poder celebrarla en comunidad. Así que activa tu GPS cristiano en busca de santuarios y templos, es la mejor forma de seguir en contacto con Él.

3. Obras que alimenten tu alma.

En vacaciones podemos dedicar más tiempo a la cultura, aprovechémoslo para elegir obras que amenicen nuestros ratos de ocio, deleiten a nuestro intelecto y, además, enriquezcan nuestra alma. Seguro que tienes una lista de libros que te gustaría leer: vidas de santos, encíclicas de algún Papa, novelas con un trasfondo que transmita valores cristianos… Desde aquí te recomendamos la nueva novela de José María Zavala Gasset: El Santo, sobre la vida y milagros del Padre Pío. También muy ameno uno de los escritos de la filósofa y santa Edith Stein, La mujer: su naturaleza y misión.

Pero si no quieres embarcarte en grandes lecturas, existen también otras dos vías muy válidas por las que muchos artistas glorifican el nombre de Dios y que ayudan a mantener viva la llama de la fe, como ahora la música y el cine. Un buen ejemplo son Hakuna Group Music, que ofrecen una gran colección de obras musicales muy actuales, además de una web súper completa con contenidos muy interesantes para el cristiano. Y como películas para recomendarte, gracias a Dios hay muchas, te enlazamos con la web de Somos Mamás con el ranking de los mejores films católicos hasta el momento. Un mix entre cine clásico y moderno que no te dejará indiferente.

4. Disfrutar de la naturaleza como obra de Dios.

Nuestra “casa común” fue diseñada por el Padre para gozar y cubrir las necesidades primarias de todas sus criaturas, por ello es imprescindible que la tratemos tal como lo hacemos con nuestro propio hogar, con mimo y cuidado. Vayas donde vayas, no perturbes el entorno que provisionalmente habitas ni a los seres que allí viven. Recuerda que lo ideal es llevar encima utensilios y recipientes que sean lavables y reutilizables. Tampoco olvides recogerlo todo después de tu estancia, sea monte o mar, el planeta lo agradecerá.

Esperamos que nuestras recomendaciones sean de gran ayuda para tener un verano realmente enriquecedor para todas las facetas de tu persona. Si ha sido así, compártelo con nosotros dejándonos un comentario. ¡Será un placer leerte!